LA FAMILIA
El principio
interior, la fuerza permanente y la meta última de tal cometido es el amor: así
como sin el amor la familia no es una comunidad de personas, así también sin el
amor la familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de
personas, el hombre no puede vivir sin amor (Juan Pablo II) nosotros como misioneros y discípulos de Cristo
estamos llamados a acrecentar el amor familiar ya sabemos que el amor es
fundamental para el ser humano y la familia debe ser la fuente de donde emane
esa fuente abundante del amor por la gracia de Dios en el matrimonio. Es muy
gratificante lograr ver esta gran
riqueza que hay en este continente Latinoamericano
y del Caribe donde todo comenzó des de las etnias originarias y la llegado de
los españoles a América de ella ha brotado una rica cultura cristiana que ha
influido fuertemente en las familias latinoamericanas vemos familias bien
constituidas por un matrimonio e hijos, familias fieles a Dios por ello se
observa una gran piedad popular en las que se destacan la devoción a la virgen
María y a los santos, familias emprendedoras y trabajadoras por ello se logra
observar una rica cultura como el arte la música, literatura y tradiciones, en
Latinoamérica y el Caribe se observa una trayectoria e historia muy antiquísima
y diversidad de culturas y lenguas pero todo esto ha ido contribuyendo a una traición religiosa y a una fe fuerte que
se logra reflejar en todas las familias latinoamericanas y se sigue
trasmitiendo por la tradición de este hermoso continente. La familia se
convierte en la primera edificante de la iglesia y también en la primera en introducir a los hijos a esa gran
familia de Dios que es la iglesia católica.
Sin embargo, en
la actualidad sufre situaciones adversas. La familia está siendo muy maltratado
por leyes y disposiciones gubernamentales que son injustas atacando la vida,
como el aborto los anticonceptivos, la eutanasia otros problemas que
encontramos que atacan la familia son los diversos flujos migratorios internos
y externos, la pobreza, por la inestabilidad social, las legislaciones civiles
contra el matrimonio, el machismo, la violencia intrafamiliar, los divorcios
y entre otros.
La familia como
hemos dicho está constituida por un varón y una mujer, la antropología resalta la igual dignidad entre
el varón y la mujer, en razón de ser creados a imagen y semejanza de Dios. Para
conocer un poco más la familia es importante en detenernos a mirar el rol de
la mujer y del varón en la familia. La
mujer en un
periodo de la historia estuvo rebajada su dignidad y sometida al
machismo del varón pero luego de muchos
siglos se ha entendido su gran valor, a ello ha
contribuido la aparición de grandes mujeres que han trasformado la
sociedad y han elevado esa dignidad, ahora se entiende la importancia de la
mujer sobre todo en el campo familiar, porque junto al varón es corresponsable
con el presente y el futuro de nuestra sociedad ya que la mujer y el varón suman
esfuerzos y se complementan “Urge valorar la maternidad como misión excelente
de las mujeres” . Las mujeres tienen la misma dignidad que el varón
por lo tanto nosotros como discípulos y misioneros y como defensores de la
familia y la vida, debemos esforzarnos
por ayudar a que los pueblos latinoamericanos a tomar conciencia del
valor de la mujer en el continente y lograr ir rebajando el machismo y así respetar la dignidad tan merecida de las
mujeres latinoamericanas y del Caribe.
Luego de hablar
de la mujer nos vamos a centrar en el varón, el varón esta llamado construir la
sociedad a la generación de la cultura y la realización de la historia, el
varón está íntimamente llamado a la formación de una familia para lograr su
realización como ser humano. Pero ahora vemos como en Latinoamérica muchos de ellos están abandonando su fe
católica y además el varón puede caer muy fácil en las tentaciones que se
ofrecen que son la violencia, infidelidad, abuso de poder, drogadicción,
alcoholismo, machismo, corrupción, y abandono de su papel de padre. En
conclusión observamos como el varón en Latinoamérica, también está afectado y
necesita que Cristo que es la luz llegue e ilumine su vida. Por eso debemos
buscar nosotros como discípulos y misioneros de Cristo, acciones prontas con la
luz del Espíritu Santo para ayudar a contrarrestar las dificultades y las
corrientes que quieren acabar a la familia.
Otros temas fundamentales
para tratar son los niños, los jóvenes y los ancianos que ocupan un lugar en
nuestras familias y a veces no son lo suficientemente valorados. La niñez hoy
en la iglesia y en la familia está destinada a una acción prioritaria por la vulnerabilidad ala que esta expuesta.
Los problemas que encontramos en nuestros pueblos latinoamericanos son el abuso
sexual, los niños de la calle, niños trabajadores, niños huérfanos, entre otros
por ello nosotros como discípulos y misioneros debemos tomar cartas en el
asunto y ayudar a nuestra niñez.
La etapa de la
adolescencia es una etapa de una búsqueda constante de su propia identidad, en
esta edad, fácilmente pueden ser víctimas de falsos lideres constituyendo
pandillas además los jóvenes constituyen la gran mayoría de la población de
América latina son el presente y el futuro de la iglesia y además la crisis por
la que atraviesa la familia hoy en día, les produce profundas carencias
afectivas y conflictos emocionales. Por eso debemos buscar alternativas que
ayudan a que los jóvenes encuentren su identidad y dejen a un lado todo lo que
el mundo le ofrece ya que los jóvenes tienen la capacidad para oponerse a esos
falsos espejismos, pero necesitan el apoyo de cada uno de nosotros principalmente
de la iglesia y la familia.
Y para terminar
encontramos los ancianos de nuestros pueblos latinoamericanos, nos dice que el futuro de nuestros
pueblos esta con los niños y los ancianos, es claro ver que muchos de nuestros
ancianos han desgastado su vida por el bien de su familia y su comunidad pero
ahora en la actualidad estos ancianos se consideran una carga, un peso difícil
de llevar para muchas de sus familias y son olvidados y descuidados, nosotros
como discípulos y misioneros estamos en deuda con estos ancianos que han aportado
y siguen aportando su sabiduría y su enseñanza, muchos de ellos son grandes
discípulos y misioneros, nuestra tarea es hacer respetar y promover acciones
justas y solidarias en favor de ellos en nuestra sociedad.
“La familia don
y compromiso, esperanza de la humanidad” (Juan Pablo II) partiendo de este
enunciado podemos ver como la familia no debe ser una carga para nosotros, más
bien es un don dado por Dios para nuestra santificación y nuestro compromiso
debe ser siempre fiel y desinteresado, nos debe mover el amor para cuidarlos,
más que el deber y además debemos comprender que en las familias
latinoamericanas y del mundo entero está el futuro de nuestra sociedad.
La importancia
de la familia en el presente es fundamental y además como ya lo hemos dicho los
pueblos latinoamericanos y del Caribe consideran a la familia como un tesoro
invaluable. Viendo todas las realidades de la familia, su gran valor, su
parecido con la Santísima Trinidad, su misión como primera escuela de fe y
también llamada la iglesia doméstica. Pero por otro lado viendo las realidades
que la quieren subyugarla a la nada y al desprecio como son la ideología de
género, los divorcios, el aborto, la eutanasia y podemos seguir hablando muchos
temas que lastiman nuestras familias y aun mas nuestra amada iglesia católica
que es la gran familia universal. Pero si cada uno no toma esa conciencia de
protegerla, defenderla, amarla no lograres ayudarla y además permitiremos
abusos más grandes contra ella. Tal vez unos me dirán, hay temas más
importantes que se hablaron en la conferencia general en Aparecida tales como
la globalización, el don de la fe de nuestro continente, la iglesia universal,
discípulos y misioneros, etc. Pero yo decidí tomar el tema de la familia porque
considero que la familia está siendo muy atacada en la actualidad y necesita
una manito y acompañados por la gracia de Dios lograremos triunfos muy valiosos
en defensa de la familia y la vida. Por ello yo invito a todos los discípulos y
misioneros a luchar por las familias de nuestro amado continente
latinoamericano, y además por cada una de nuestras familias particulares, para
alcanzar la meta de familias evangelizadas y evangelizadoras, familias que se
conviertan en discípulas y misioneras y lleven la buena nueva del evangelio a
sus hijos, en el lugar de trabajo y a sus pueblos de residencia y porque no al
mundo entero. Ya para concluir doy gracias a Dios por permitirnos vivir en
comunidad y así ir aprendiendo la necesidad que tenemos de los demás para
nuestra salvación y además nos prepara y nos ayuda a aceptar el amor que le
tenemos a nuestras familias, porque el mismo Dios en la persona de Jesús no
quiso quedarse sin una familia y vino por medio de la Virgen maría, el pudiendo
venir de una forma diferente para nuestra salvación, viene de una forma sencilla, humilde y
realza la familia como patrimonio de la humanidad.